Sólo estaba
ahí, parada en el medio de la habitación. Sin decir nada, sin moverse. Sentí
casi los latidos de su corazón cuando me vio entrar sin llamar. No pronuncié
palabra alguna porque tampoco ella lo había hecho.
Parecía
salida de una fotografía. Esas nuevas
imágenes que nos guardan los momentos más importantes.
Si hubiese tenido
una de esas máquinas, hubiese levantado la tela de atrás para verla por el
lente. Hubiese levantado mi brazo izquierdo para iluminarla con esa rara lámpara
que refleja los rasgos cuando se siente el disparo del aparato que termina
capturando certeramente el instante y la hubiese retratado para siempre.
Descubrí en
ese segundo, que ella era otra persona a la que la sociedad le imponía sus
reglas.
Esos días se
la veía rebelde, decidida a ser algo más.
Me miró
fijamente y me dijo: “A partir de hoy seré lo yo desee. A partir de hoy, miraré
a las muchachas con el deseo que me nace de las entrañas. Me gustan y no lo evitaré.
Seré yo, la que oculté durante tanto tiempo.”
Se ajustó el
cinturón que sostenía sus pantalones. Se puso el chambergo. Tocó levemente su
ala en señal de saludo y salió de la habitación.
Había comenzado
su transformación
mmm... explicamelo, hablas de ella, y atras de ella hay una razón.. cual es la tuya?
ResponderBorrarSimplemente, en la antiguedad eran perseguidas aquellas personas que tenían una elección diferente. Esta "mujer" decidió vivir lo que sentía. Dejó todo atrás y salió para ser ella misma, o él mismo según entiendo. Abrazo grande. Susana
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