Vivo en casa con papá, mamá y mi hermanito.
Benjamín llegó
hace muy poco a casa, pero vino a cambiar nuestras vidas según mami. Y ya lo
creo que las cambió. Por lo menos la mía está de cabeza.
Mi vida se divide
antes de Benja y después de él. A mis seis años nunca había visto una cosa semejante.
Todo el tiempo
llora y llora. Cuando tiene hambre, sueño, cuando quiere comer. Y mami siempre
a su alrededor. Y papi se pone casi tonto cuando le habla.
Y es tan fácil
hablar sin necesidad de andar llorando y gritando, enloqueciendo a los que
queremos vivir en paz.
Cada vez que
necesito algo, mami me dice que en cuanto termine con Benja me va atender a mí.
Pero, nunca vi que a él le dijera lo mismo.
Y siento que voy
perdiendo mi espacio.
Estoy pensando
seriamente en hacer un bolso con algo de ropa e irme con mi oso de peluche a
vivir a otro lugar.
Hola Susana, un relato desgarrador que bien puede ser el día a día de como se sienten los niños tras el nacimiento del segundo hermano del. Admiro la intensidad que pones al escribir, pues logras transmitir muchísimo. Espero que el niño no coja su peluche y se marche. Un abrazo grande
ResponderBorrarHola Nuria: totalmente de acuerdo. Los nios viven a diario estas situaciones y muchas veces los padres no nos damos cuenta. ojala no se haya ido. Besos enormes y gracias por leerme. Susana
Borrarajajaja quién no ha pasado por eso. Quizás los hijos únicos.
ResponderBorrarSii, creo que muchos pasaron por eso. me paso a mi porque era pequeña cuando nació mi sobrino y dejé de ser la mas chiquita. Recuerdo haberme sentido desplazada. Abrazo enorme. Susana
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